Topic: Mediumnidad
André Luiz y Emmanuel desaconsejan tal práctica.
Estos bienhechores nos dicen que
no lo hagamos, pero que sí lo hacemos, tengamos cuidado, porque ellos lo que
hacen es desaconsejar, por lo que no hay contradicción con lo que dice Allan
Kardec, en el Libro de los Médiums, cap. XXV.
Kardec fue designado a hacer una
gran tarea, es por esta razón que es lógico y razonable, que él pudiera y
debiera hacer evocaciones. Su labor, entre otras, era la de investigar. El
estuvo en todo momento respaldado y guiado por Espíritus Superiores, asesorándole
y protegiéndole, ya que la tarea a realizar era de suma importancia. El sería
nada menos que el Codificador de la Tercera Revelación.
Pero, ¿estamos nosotros seguros
de contar con esa protección y respaldo de los Espíritus buenos, cuando
evocamos?
El nos dice que, sí bien pueden
estas prácticas tener éxito, también es cierto que pueden ser un fracaso en la
mayoría de los casos, sino, una experiencia donde podamos terminar siendo
engañados o mixtificados. Los obstáculos e inconvenientes son numerosos:
Frecuentemente, las evocaciones
ofrecen más dificultades a los médiums de lo que las comunicaciones
espontáneas, sobre todo, cuando se trata de obtener respuestas precisas a
cuestiones circunstanciadas. Para esto son necesarios mediums especiales, al mismo
tiempo, flexibles y positivos y ya vimos que ellos son escasos.
Allan Kardec, El Libro de los
Mediums
Puede ser que el Espíritu evocado
esté ocupado o bien en misión.
También es importante saber la
naturaleza de la persona o mediums que evocan. Y hay que tener en cuanta algo
importantísimo, ¿cuál es el objetivo de la evocación? Es importante tener en
cuenta la cuestión del merecimiento; tanto por parte del evocado, como del
evocador.
Si Emmanuel y André Luiz en
diversas obras desaconsejan esta práctica, no significa que la prohíban. Pero
tendríamos que reflexionar el porqué de ese consejo por parte de ellos, y
pensar que, de todas formas ya tendremos, si así ha de ser, la oportunidad de
comunicar con los seres queridos, cuando sea el momento oportuno. Y no
olvidemos que, durante el sueño, el descanso del cuerpo, el Espíritu se
desprende y podría ver o saber de esos seres queridos o añorados. Dejemos a los
Espíritus más adelantados e instruidos, la tarea de hacer lo que crean más
conveniente para nosotros.
No olvidemos instruirnos y
reformarnos moralmente, de esa forma será más fácil intuir cómo están aquellos
que dejaron el cuerpo material, para ir a la Verdadera Vida: la Espiritual.
Artículo de: Isabel Porras González
Fuente:
Grupo Asociación Espírita Francisco Javier, Facebook.
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