lunes, 30 de julio de 2012

EL APEGO AFECTIVO


Francisco Cándido Xavier
En una carta Chico Xavier nos explica los antecedentes del mensaje referente al apego afectivo en el medio familiar:
“En la noche anterior a una de nuestras reuniones públicas estuvimos juntos, probablemente unas cincuenta personas, en un encuentro amigo dedicado al culto del Evangelio en el hogar. Y el asunto de esa reunión domestica fue la dificultad para separarnos de los lazos de la familia, cuando los entes amados escogen caminos diferentes a los nuestros. Como era natural, ardientemente fue debatido el tema. Y, a la noche siguiente, antes de la sesión pública, el asunto prosiguió.
Iniciadas nuestras tareas, El Evangelio Según el espiritismo nos ofreció para el estudio el ítem 9 del capítulo XIV, claramente colocado en las apreciaciones focalizadas. Y, al fin de la reunión, nuestro abnegado Emmanuel nos dio la página titulada Desvinculación, que se expone a continuación con la esperanza de que ella sirva al querido lector para estudio y reflexiones.”

DESVINCULACIÓN· Emmanuel
Para muchos compañeros en la Tierra, la desvinculación en el campo afectivo es una prueba difícil.
Desligamiento del grupo familiar, distancia de la convivencia.
Hora de la diferenciación de alguien delante de otro alguien.
Si te ves en un momento así, en la posición de quien puede liberar asociados de ideal y de afinidad, no hesites en el bien por hacer.
Aquellos que ansían por independencia y cambio, después de compartir la vida, son mendigos de la tranquilidad y renovación. No precisan tanto de tu oro y asistencia, nombre y prestigio. Te ruegan, por encima de todo, escoras de tolerancia y bondad, a fin de que te puedan dejar sin que el espino de la angustia te inunde el corazón.
Medita en aquel que, un día, igualmente dejaste para tomar otras embarcaciones, diferentes del navío en el que se te localizaba en el área domestica, de modo a lanzarte al mar profundo y vasto de la experiencia terrestre.
Los familiares que amaban tu presencia y los amigos que disputaban la la compañía se vieron, de un instante para otro, apartados de ti por efecto de tus propias deliberaciones.
Nos expresamos así porque, frecuentemente, la harmonía en la desvinculación depende de aquellos que ya maduraron en la vida física, a los cuales se pide amparo y seguridad, auxilio y aprobación.
Si alguien a tu lado te solicita la cancelación de compromisos y deberes asumidos para contigo, concede la paz a quien necesita de paz, a fin de entender los impositivos de la vida en otros sectores de evolución.
Realmente deseas que los descendientes se aseguren para la felicidad, no quieres que los hijos muy amados atraviesen tribulaciones y engaños que te amargaran la infancia o la juventud; te habituaste a desaprobar las resoluciones de amigos que se apartan para caminos que ya sabes estarán encharcados de lagrimas , ni concuerdas en que los entes queridos vengan a transitar por caminos que ya trillaste entre piedras y aflicciones, entretanto, por más que nos duela el corazón – muchos de aquellos que más amamos llegaron a la Tierra exactamente para eso.
Ante los compañeros que se distancian de la convivencia o que te dicen adiós para reencontrarte más tarde, en otros nuevos niveles de espacio y tiempo, no lastimes y no condenes.
Bendice y auxilia siempre.
Los que parten o se separan del camino, en el día a día, esperan de ti, sobretodo, el patrocinio del amor y el refugio de la bendición.
EN EL TREN DE LOS ESTUDIANTES· J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Emmanuel coloca el problema de la desvinculación afectiva en dos planos: el del alejamiento de personas queridas que se retiran del hogar y el de la partida para “otros y nuevos niveles de espacio y tiempo”. En ambos casos se rompe el vínculo de la convivencia. En ambos casos hay sufrimiento moral de parte a parte. El asunto es tratado en el ítem 9 del capítulo XIV de El Evangelio según el Espiritismo, y allí encontramos el siguiente aviso a los que sufren: “Las grandes pruebas son casi siempre el indicio de un fin de sufrimiento y de un perfeccionamiento del espíritu, desde el momento que sean aceptadas por amor a Dios.”
El desastre del Tren de los Estudiantes, el 8 de junio de 1972, entre Suzano y Jundiapeba, se incluye en el capítulo de las pruebas colectivas. Más allá de los muertos y heridos están sufriendo esa prueba los familiares golpeados duramente, los amigos y colegas de las víctimas. La tragedia cayó sobre la verdadera multitud. Estamos cara a un proceso de desvinculación en masa. ¡Cuántos hogares enlutados por la pérdida de entes queridos, cuantos corazones dilacerados, cuantos espíritus aturdidos por la brutalidad de las ocurrencias!
Lo que más impresiona es el número de jóvenes que tuvieron su vida bruscamente cortada, cuando a camino de las escuelas superiores que cursaban en Mogi de las Cruces. Todo eso parece aterrador, inaudito, como si estuviésemos en un mundo caótico, sin orden, sin ley, sin Dios. No obstante, el Universo nos responde con el orden absoluto de sus leyes que todo lo rigen, desde el césped humilde en la Tierra hasta las constelaciones gigantescas en el infinito.
Nada acontece por acaso. Todo resulta de la ley de causa y efecto. Y todo efecto tiene un sentido: el de la evolución. Todos somos espíritus imperfectos y sufrimos las pruebas que pedimos antes de encarnar. Tenemos deudas colectivas que recargar. Más allá del rescate nos espera la libertad, la paz y el progreso los jóvenes que murieron fueron evitados de sufrimientos futuros en una vida en la que la enfermedad, la vejez y la muerte son el salario de todos nosotros.
Transferidos para la vida mayor, que realmente corresponde a sus necesidades y a su naturaleza, son todos ellos seres espirituales y no materiales. Ahora precisan de la comprensión de los padres, de los hermanos, de los amigos que dejaron en la Tierra. Precisan de paz, de oraciones, de buenos pensamientos, de vibraciones de sincera amistad para recuperarse en espíritu.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “chico Xavier pide licencia” del jornal Diario de S. Paulo, en la década de 1970.


Fuente de la publicación: Grupo Asociación Espírita Francisco Javier, Facebook.

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